miércoles, 28 de enero de 2009

Lost in translation


Sóc cansada



P.D. Esta frase resume toda mi vida actual

P.P.D.Y además la frase está mal escrita. Ahora sí que es seguro que define por completo mi vida.


jueves, 22 de enero de 2009

Estoy bien

Llevo tiempo notando pequeños altibajos en mi estado de ánimo, nada grave, pero siempre me siento preocupada, siempre me vigilo. Ahora estoy de bajón. Ligero pero bajón. Esta semana me he debido comer una tableta de chocolate con paquete y medio de galletas, medio bote de galletitas saladas, unos cuantos trozos de turrón de chocolate y 4 o 5 bombones además de la comida normal que todo ser humano necesita. Bien, ¿eh?

Mañana tengo examen de catalán, y no se conjugar los verbos ni en futuro ni en condicional. Además tengo que exponer un libro que haya leído esta Navidad, también en catalán, claro. Iba a hacerlo sobre
Maus de Art Spiegelman pero hace 5 minutos he cambiado de idea. Brodats de Marjane Satrapi es más corto y más fácil de resumir, no me siento con ganas de más.

¿Cómics? Sí, hace mucho que me cuesta demasiado leer un libro completo, meses, años quizá. Este otoño leí un par de Pearl S. Buck y tuve que esforzarme mucho, demasiado. No sé cual es la razón, si hay alguna, si es importante o si sólo es vagancia.

No salgo de casa desde el lunes y no tengo ganas de hacerlo. Mañana tengo que salir, tengo el examen, tengo tarde de rebajas... ¿Que mejor día para ir de rebajas que después de una semana hinchándote a comer y cuando te sientes como si te hubiese pasado una apisonadora por encima?

Y aquí estoy, sin estudiar, escuchando a K. T. Tunstall y escribiendo. Otra galletita salada a la boca...

El lunes tuve cita con mi nuevo psiquiatra. Parece majo, gallego, con muy mala letra y un desordenado a más no poder tomando notas. Le dije que estaba bien. Y estaba bien.

Por fin tengo el título del post.

jueves, 15 de enero de 2009

Se busca donante

Una vez intenté donar sangre y me desmayé en el sillón de la sala de donaciones antes de que pudieran clavarme la aguja. La única vez que he intentado donar y la única vez que me he desmayado. Es como en los títulos de crédito de James Bond, lo que ves cada vez es un círculo más pequeño y todo lo de alrededor se vuelve negro.



También he pensado en donar mis órganos cuando muera, aunque siento cierto temor. Sé que no los necesitaré pero es como si fuera una violación de mi intimidad.

Las donaciones en vida son caso aparte. No me siento capaz de hacer algo así, pero nunca se sabe que puede hacer una persona hasta que no llega el momento. ¿Daría un trozo de mi hígado a V si lo necesitara? ¿Y a mis padres o a mi hermana? ¿Y a otros miembros de mi familia? ¿A algún amigo? ¿Dónde pondría el límite?

¿Y a un desconocido? ¿Y si fuese algo menos peligroso y más sencillo de entregar que un trozo de hígado, un riñón o parte de mi médula osea? ¿Y si sólo fuese un óvulo? ¿Mi ADN? ¿Lo que me identifica? ¿Lo que me diferencia de los demás?

Ayer escuché en la radio algo que no había oído nunca, no sé si porque es novedad o porque en Zaragoza no hay clínicas que se dediquen al tema. Ayer escuché dos anuncios publicitarios de dos clínicas privadas diferentes que solicitaban a mujeres jóvenes que estuvieran escuchando Los Cuarenta Principales que donasen sus óvulos.

No. Simplemente no. Para mí sería como regalar a un hijo, como darlo en adopción. No. No acuso de nada a quien lo haga, es una decisión personal que no debemos juzgar, pero yo no puedo hacerlo.

Aunque la gran pregunta es... ¿qué hacía yo escuchando Los Cuarenta?

martes, 13 de enero de 2009

La increible vida campestre de Pepe y Pepa

Pepe y Pepa son una pareja de recién casados a los que vemos sólo en Navidad. Vivían en los alrededores de una gran ciudad pero decidieron "disfrutar" de la vida campestre. ¿Disfrutar? No dormir cuando pare una oveja, no tener calefacción, tener que recorrer 15 kilómetros para poder comprar comida o hablar con alguien, tener que aprender a hablar en una entelequia para que los demás sólo te medio entiendan, vivir de prestado en casa de conocidos hasta que consigas la tuya en un futuro futurible, tener el mismo proyecto de vida un año tras otro sin llegar a conseguirlo y mientras ir puliéndote los ahorros...



Pepa y Pepe son felices. Espero que les dure, de todo corazón, pero que un urbanita se convierta en granjero (sin granja) de la noche a la mañana es prácticamente imposible.