lunes, 20 de septiembre de 2010

Adios, Labordeta

Dicen que iba a menudo al café de Levante pero no coincidí con él. Sí que le vi una vez mientras yo esperaba el autobús y él pasaba, supongo que camino de su casa. No me atreví a decirle nada. Me parecía que me entrometía en su intimidad si le decía hola, o me gusta lo que haces, o eres mi diputado, o algo así sin conocerle de nada. Sin venir a cuento.

En Aragón no tenemos a demasiada gente que nos represente, de la que nos sintamos orgullosos y que los de fuera conozcáis. Pero a éste sí.

Hace años se propuso el "Canto a la libertad" como himno de Aragón, porque aún no teníamos ninguno, pero los políticos del PP y el PSOE decidieron que no, que mejor una composición lírica de encargo, que con el paso de los años ninguno reconocemos. Quizá ahora, tarde y mal, como lo de la medalla de Aragón, esto cambie.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Cosas que no se olvidan

Conocía los datos básicos de su historia. Se había casado, su mujer se quedó embarazada de su primer hijo, murió en el parto, se volvió a casar y tuvo dos hijas de su segunda mujer. Fin.

Ahora su segunda mujer está casi inmovilizada en la cama, sin fuerzas para izar la cabeza pero sigue siendo tan protectora con él como siempre. Él, lleno de achaques, camina a duras penas con su bastón y tiene lagunas de memoria. Pero algunas cosas no se olvidan.

Yo miraba fotos, la mayoría en blanco y negro. Él de joven, uno de sus hermanos, sus hijas de niñas, su primer bisnieto... Se acercó a mí y me preguntó -¿A qué no sabes quién es ésta? -La foto mostraba a una mujer sonriente con el pelo rizado y los labios pintados. No se parecía a nadie que yo conociese. -Ésa era mi primera mujer. Y me acuerdo perfectamente del médico que la mató.

Y nos contó la historia. Una que estremece pero que cada día se repite una y otra vez.

Embarazo. Parto complicado. Sufrimiento. Muerte.

Porque como le dijo hace más de 60 años el médico, él estaba ahí para salvar al niño. Lo que no le dijo, supongo que porque no se atrevió, pero seguro que pensó es que la madre sólo era el recipiente.

Aún se acuerda de la cara de ese médico, de su nombre, de su procedencia, de sus palabras. Y ahora yo tampoco creo que las olvide.