viernes, 23 de marzo de 2007

Zgz 7.0 Cierzo

Este invierno no ha sido invierno. Este invierno apenas ha habido viento y niebla. Hasta esta semana el cierzo no ha empezado a campar a sus anchas.


Hay una canción, creo que de Labordeta, que habla de “polvo, niebla, viento y sol”. Eso es Aragón y, sobre todo, eso es Zaragoza.

Zaragoza tiene un clima muy seco, casi desértico, pero en invierno, al estar a la orilla del Ebro, suele haber mucha niebla. Y los zaragozanos odiamos la niebla. Entonces llega el cierzo y la levanta.

Hablando con una amiga a finales del año pasado le dije que aquí en invierno hay que ir con guantes, bufanda y gafas de sol. No verás más gente sonriendo por la calle como cuando los zaragozanos pasean con sus gafas de sol y su bufanda en el primer día de cierzo después de una semana triste de niebla espesa.

El cierzo también tiene sus inconvenientes:
-Da dolor de oídos, y por eso cuando sopla voy con los auriculares puestos.
-Se corta la piel de los labios y los nudillos, así que llevo siempre en el bolso un buen cacao y crema de manos.
-Levanta polvo y polen y eso hace que aumente mi alergia y que no me pueda quitar las gafas de sol aunque esté nublado porque me protegen los ojos.
-En verano, si sopla, es mejor no ir con falda porque el viento caliente casi quema la piel de las piernas.

El cierzo viaja desde el mar Cantábrico hasta el mar Mediterráneo por todo el valle del Ebro, y los zaragozanos sentimos un extraño amor-odio por él.

8 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

A mí todo lo que pase de brisa me molesta. Ya sé que te gusta el viento, pero yo lo odio, reconozco que limpia de polución la ciudad, algo bueno tenía que tener, pero me da dolor de cabeza, desnuda los árboles, antes de que me corrijas ya lo digo yo, los de hoja caduca, tira trozos de fachadas sobre la cabeza de la gente y muchas gamberradas más.

Yo estudié dos años en Tarragona, estaba interno, y recuerdo que para ir a comer nos soplaba el viento de cara y nunca llegábamos al comedor, era un niño y muy delgado, casi de ponerme piedras en los bolsillos.

Si haces deporte al aire libre lo fastidia, si vas paseando molesta. Si llueve se carga los paraguas.

Vuelca motos, hasta camiones.

Entiendes mi relación con el viento????.


Un beso.

Stefy dijo...

¡Hola!
Éste ha sido un invierno extraño con gente bañándose en la playa y otros, con tres abrigos de cuello vuelto...
No conocía yo el cierzo :)
Un saludo

María dijo...

Yo odio el viento, no me gusta nada! Aunque claro, si os levanta la niebla, es lógico que lo espereis allí.
Después de este mes de viento, he descubierto alergias que creía que no tenía, me pican los ojos, llevo las manos fatal... Además, el viento me da dolor de oídos, de mandíbula y de cabeza.

Robertö dijo...

Me encantó tu foto del viento.
Y también me encanta conocer un lugar que no sé como es a través de tu óptica.

A mí el viento me gusta mucho. Ultimamente es la forma en que el biosistema nos hace saber que estamos haciendo las cosas mal. Y ocurren tragedias. Y es un tema agrio porque no se mueren los hijos de los dirigentes de las multinacionales que fomentan el mal uso de los suelos, ni de los grandes emisores de gases de efecto invernadero y etc, etc. Se mueren los más indefensos. Y no los mata ni el viento ni las tempestades, ni las inundaciones.

Un abrazo If. Gracias por el post.

gary dijo...

a mi el viento no me gusta, pero siento un amor especial por la niebla. yo soy de Lleida, y en el río Segre, es muy normal los días de niebla. pero eso me pone melancólico, y eso me gusta.

xnem dijo...

Si el cierzo sopla a mas de 70 km hora las fiestas se suspenden.

Por mas que intentemos evitarlo somos nuestra propia meteorología.
En El Ampurdá se dice que la Tramontana vuelve locos a los lugareños.

Dedicado a los hijos del cierzo.

Hay en Saturno un viejo solar
que algunos llaman también Mañoland.
Vive allí un pueblo abrupto y letal,
un dios enfermo se bebió su mar.

Son duros por fuera y tiernos por dentro,
el alma de piedra, el corazón de cristal,
"Y el Ebro guarda silencio al pasar por el Pilar",
al pasar por el Pilar...

El cierzo va, el cierzo va,
secando el corazón de ese lugar,
que es mi lugar.

Hay en Saturno un viejo solar,
levantas la vista, no ves libertad.
Arde la nieve, ya semos nazión:
agua de borrajas, frutas de Aragón.

Son tan tozudos, tan pocos, tan locos,
son tan baturros, tan nobles, tan sordos,
"bien se ve que estás mañica
de un mañico enamorada",
de un mañico enamorada...

Y el cierzo va, el cierzo va
secando el corazón de ese lugar
que es mi lugar.
El cierzo va, el cierzo va,
secando el corazón de ese lugar
que es mi penar..

s los hijos del cierzo,
con sus tambores de cierzo,
pinturas negras del cierzo,
dime si es falso o es cierzo.
Somos juguetes del cierzo,
un mañicomio de cierzo,
la luz mudéjar del cierzo,
dime si es falso o es cierzo.
Somos un sueño de cierzo,
en las pupilas el cierzo,
en los bolsillos el cierzo,
dime si es falso o es cierzo.
Somos la ofrenda del cierzo,
las capitanas del cierzo,
por esos cielos de cierzo,
dime si es falso o es cierzo.

El cierzo va, el cierzo va...

ANGEL PETISME

xnem dijo...

se cortó un trozo:
"somos los hijos del cierzo".

Venga! Y chufla chufla...

Bercimuelles dijo...

Y los zaragozanos odiamos la niebla.

Aquí un maño, de nacimiento y pensamiento, que es una excepción a esa afirmación.

Recibo con brazos abiertos todo lo que conlleva el invierno maño: las cencelladas, las nieblas, el cierzo... todo eso que este año me han sisado.

:(